12 Dic 2024 06:38
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DIARIO DE UN CAMPUSERO (CAMPUS PARTY 2006)

DÍA 0 Capítulo 1, Antes de llegar a la Campus

Después de dejarlo casi todo preparado para el largo viaje que me esperaba, dormí hora y media antes de partir a las 6:00 (todos los horarios son en formato 24 horas) hacia Albacete a recoger a mi colega Zerocoult. Entre ultimar preparativos, revisarlos y despedirme de mi madre decidí partir a la aventura con el gusanillo en el estómago de que algo no iba a ir bien (prometo que era mi sensación con tan largo viaje).

Llené el depósito de la gasolina y me dirigí por la autovía A-30 dirección a Albacete y entonces ocurrió, el gusanillo del estómago salió por la boca y noté de repente un ruido extraño en el coche, empecé a sudar, sin música ni nada seguía mi camino pendiente del comportamiento del coche, pero ese ruido no se iba; no sé cuanta distancia recorrí, no sé cuanto tiempo estuve hasta decidir parar en el arcén pero al final lo hice, paré.

Al bajarme del coche llegó el regalito de la Campus, PINCHAZO EN UNA RUEDA, exactamente la trasera del lado del conductor. La miré, estaba toda destrozada, me quedé lamentando la situación 5 minutos hasta que cogí el móvil y llamé a la grúa (no estaba seguro de tener la rueda de repuesto en condiciones, así que les llamé para que el que viniera y con más experiencia que yo en carretera me aconsejara qué hacer). Vino media hora después de la llamada, me cambió la rueda (ya que estaba allí él... que me hiciera la gracia completa) y con rueda cambiada reinicié mi camino a la ciudad castellano-manchega.

Una hora después del cambio de rueda y 150 kilómetros recorridos en total (el pinchazo fue aproximadamente a 20 kilómetros de mi casa) llegué sin problemas a casa de Zerocoult; el viaje se me paso rápido pero silencioso, me quedé paranoico perdido escuchando hasta el más flojo ruido del coche y con sudores fríos cada vez que vibraba un poco el coche por el asfalto en mala calidad.

Recogí a mi compi, saqué la rueda pinchada del maletero para meter las cosas de este y nos fuimos directamente a un taller a comprar una rueda, pero cuando llegamos allí decidí cambiarle las cuatro (las dos de delante las tenía casi desgastadas y aproveché para cambiárselas). Una hora después y ciento ochenta y tantos euros menos nos pusimos camino de valencia con el "cachondeo" de las ruedecitas.

La llegada a Valencia fue amena, tranquila (aunque seguía paranoico), y buena.

DÍA 0 Capítulo 2, En la Campus

Al poco de llegar, aparcamos el coche y sin sacar nada todavía nos dirigimos al centro de acreditaciones. Tras esperar más de cuarenta y cinco minutos en la cola las recogimos. Me falta decir que después de tanto contratiempo no llegamos del todo tarde.

Con mi acreditación en la mano... ZAASSS problema, la tarjetita no tenia hecho el agujero para colgártela de las pelot... del cuello. Me mandan hacia "Incidencias", cola de quince minutos, pregunto por el aparato para hacer agujeros y me mandan al mostrador del centro, espera de cinco minutos (menos mal) y consigo que me lo hagan. Pero aquí no acaba la cosa, teníamos que esperar otra cola de veinte minutos o más para que nos dijeran donde nos sentábamos.

Acreditación en el cuello y sin coger nada damos una vuelta por la inmensidad de la feria (es brutal la construcción esta) y fuimos a ver nuestros asientos con la duda en la cabeza de si Kotai estaría allí o todavía no había llegado.

Tras entrar en el pabellón que nos tocaba, conforme nos íbamos acercando, una figura sentada delante de una pantalla con un cartelito que ponía bien grande "MINIRACINGONLINE" estaba allí presente. Parecía Kotai realmente, al menos eso es lo que ponía en su camiseta de MRO y en efecto, era él.

Hechas las presentaciones y después de observar el grandioso cartel (más grande de lo que me imaginaba) llegó la hora de ponerse a trabajar.

Mi idea inicial era: Subimos del parking las tiendas de campaña, las montamos, metemos las cosas, subimos al pabellón los ordenadores y a jugar con todo hecho.

La cosa al final fue: Hablamos con Kotai un buen rato, fuimos a coger los ordenadores, los montamos y a jugar.

Con los ordenadores montados y con los drivers puestos (formateé la noche antes y no me dio tiempo a terminar) comprobamos que funcionaba Internet, mal pero funcionaba y empezamos a pensar qué hacer con el cartel del miniracing, que tuvo que llegar partido en dos partes para transportarlo hasta la Campus. No sé que hora sería, las tres o cuatro de la tarde pero ahí seguimos sentados, jugando, hablando y con hambre. Los tres que estábamos en ese momento, Kotai, Zerocoult y yo (Yámik) nos dirigimos hacia el stand de telepizza que han puesto a disposición de todo aquel que no tiene catering o como en nuestro caso el catering todavía no le servía.

Tres pizzas pequeñas de barbacoa después llegaron Vany con Pocotico que el pobre vino desde Sevilla en tren y Vany lo recogió en la estación de Valencia. Ataviados con herramientas no tardamos en montar el cartel, mejor dicho, no tardamos en ponernos manos a la obra, porque el cartel costó lo suyo ponerlo.

Tras estudios minuciosos de física, conocimientos de nudos de cuerdas, paciencia y trabajando en equipo a lo español... uno trabaja y los demás miramos (yo en concreto echaba fotos) se pudo acabar la obra y colocarla en su sitio. Contamos con el apoyo de un tío que tenía que fijar su torre a la mesa con tornillos por lo alta que es (enseñaré foto de la torre).

Al poco llegó FastMan y también Amsler y al rato fuimos a cenar. Durante toda la tarde dijimos de montar las tiendas después de montar el cartel, también dijimos de montar las tiendas después de montar los ordenadores antes de montar el cartel; finalmente dijimos de montar las tiendas después de cenar.

Para cenar más de lo mismo en la Campus, esperar largas colas, pero toda espera tiene su premio, enseñamos nuestras acreditaciones con derecho a catering y... ¡¡¡ PREMIO !!! Kotai se queda sin entrar porque su entrada con catering no tiene dicho servicio. Cogimos nuestras cenas y medio esperamos a que Kotai solucionara el problema.

Solucionado todo, nos dispusimos a cenar un suculento plato de "¿arroz tres delicias?" y... "¿tallarines con un filete de carne?"; parecía eso pero sabía diferente y es que con la subida de precios del crudo ahora la comida de plástico se ha convertido en manjar. De postre natillas de vainilla, esto sabía igual que siempre porque era marca comercial que no digo por no dar publicidad gratuita a "La Lechera®".

Cena terminada, dispuestos a montar las tiendas, no sin antes dar una vuelta por algunos pabellones para bajar lo comido, visita a los diferentes puestos afincados en el pabellón de exposiciones y de vuelta a los asientos de nuestros respectivos ordenadores... nos sentamos y nos ponemos a seguir jugando, las tiendas decidimos montarlas después de la inauguración, esta vez definitivamente.

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